Sobre la oratoria y grandes discursos (II): ¿Hablas o comunicas?
La pasión por comunicar es algo que me ha acompañado toda la vida y es por ello que me parece importante echar un cable a los demás. Que este mundo no está hecho para tímidos es algo que todos sabemos y sin embargo somos pocos los dispuestos a ponerle remedio. Mil y una veces he escuchado las quejas de amigos, compañeros de clase, de trabajo o gente a la que se le presupone una formación que me han transmitido su pavor a hablar en público,” Es ponerme delante de un escenario y echarme a temblar” comentan como si por un extraño maleficio divino hubiesen sido condenados a soportar esta terrible losa: la de no saber comunicar.