Marruecos: ¿Un actor estratégico en África?
Tranvía de Casablanca |
Artículo publicado en United Explanations
Una mayor confluencia
entre los Mundos árabe y occidental representa uno de los grandes retos de
futuro de ambas sociedades. Encontrar el equilibrio entre las dos riberas del
Mar Mediterráneo, no sólo pasa por fomentar la paz y la seguridad, sino también
por alcanzar un modelo de desarrollo inclusivo que mejore las condiciones de
vida a ambas orillas. Durante muchos años, el destino de Marruecos ha estado
ligado a una elevada pobreza, inmigración irregular y a la amenaza terrorista,
sin embargo, el país norteafricano tiene hoy otra cara que ofrecer como garante
de estabilidad con gran potencial en múltiples sectores.
Aliado
tradicional de los Estados Unidos, el reino Alauí representa el primer país
africano en número de turistas superando por primera vez desde 2014 a Egipto y Sudáfrica[1],
el tercer
principal receptor de inversión extranjera directa y uno de los principales
productores de energías renovables. A
ello se suma una pujante clase media además de un ambicioso plan de
modernización de infraestructuras (carreteras, trenes y sistemas de irrigación)
que convierten a Marruecos en un país de vanguardia sobre todo si se le compara
con sus vecinos del continente. Sin embargo, Marruecos se enfrenta hoy a tres
grandes desafíos de cuya solución dependerá en gran medida su futuro: una alta
dependencia energética, profundos desequilibrios regionales y, por último, la necesidad de
posicionarse como hub para África del
Oeste para sacarle partido al gran
crecimiento que está experimentando esta región del continente.
Energía Solar en Marruecos |
1) Dependencia Energética: Lacra u Oportunidad
Al contrario de su
vecina Argelia, rica en gas y petróleo,Marruecos no cuenta con estos recursos.
Esto ha contribuido a generar un déficit comercial crónico debido al alto valor
de la importación de hidrocarburos. Ello afecta aún más, dado que se trata de un
país mayoritariamente agrícola(siendo uno de los principales suministradores en
verduras, frutas y hortalizas a los países de la UE) donde el 40% de la
población sigue viviendo en zonas rurales. Por ello, junto a la dependencia energética,
la oscilación en el nivel de precipitaciones sigue siendo un factor
diferenciador en términos de crecimiento del PIB. Independientemente de ello,
la ausencia de recursos energéticos puede considerarse también como una
oportunidad. Marruecos, consciente de ello,ha
decidió apostar firmemente por las Energías renovable. Aprobó el plan “Maroc2030”
con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 de aquí a 2030, aumentando la utilización
de de energías renovables hasta un 50%.
Para abastecer
de energía el país, se han instalado múltiples centrales eólicas en las zonas
costeras y en Enero de 2016, se inauguró
la primera fase de la Central
solar de Noor I en Ouarzazate, un faraónico proyecto que, una vez culminado,
se convertirá en la mayor central solar del Mundo. Asimismo, el otro gran recurso
del que carece Marruecos es el agua. Con el objetivo de paliar los efectos de su
escasez, cuenta con grandes hectáreas de regadío con enorme potencial para su
modernización mediante innovadoras técnicas de irrigación que permitirán, entre
otros aspectos, un mayor acceso al agua potable en zonas rurales.
Con el objetivo
último de abastecer de energía a Europa, la financiación de múltiples
infraestructuras por parte de instituciones multilaterales como el Banco
Mundial (BM) o el Banco Africano de Desarrollo (BAFD) tienen la capacidad
suficiente para convertir a Marruecos en un país de referencia en este ámbito. Este
mismo año, la celebración en Noviembre del
COP 22, la cumbre de Naciones Unidas sobre el Clima, que tendrá lugar en
Marrakech será un buen medidor de los planes del Reino Alauí.
2) La corrección del desequilibrio regional:
Si por un lado el
problema del déficit energético requiere acciones a nivel conjunto, por otro,
el desequilibrio regional ha sido un problema persistente. Las diferencias
marcadas entre el Norte y el Sur, en gran parte debidas a la frontera existente
entre los antiguos protectorados español y francés, se vieron acentuadas
durante el reinado de Hassan II, el cual por desavenencias políticas dedicó un
gran empeño en fortalecer al sur dotándolo de las mejores infraestructuras y
personal cualificado. En consecuencia, el eje Rabat-Casablanca representó
durante muchos años el único polo de riqueza real del país dejando al resto de
regiones en un segundo plano. El advenimiento del nuevo monarca, Mohammed VI,
cambió radicalmente la tendencia, consciente de que este desarrollo desigual
sería perjudicial para el país a largo plazo.
Desde la pasada
década son muchos los proyectos lanzados para reforzar otras regiones
periféricas. Destaca especialmente la modernización del puerto de Tánger. La
antigua ciudad internacional ha recuperado parte de su esplendor gracias a la
construcción de “TangerMed”,
puerto que alberga hoy más de 3,5
millones de Contenedores, siendo ya el mayor de toda África. Otros proyectos
destacables son los planes inversión en la región oriental, antaño una de las
menos desarrolladas,o la potenciación de Agadir
como nuevo destino turístico de interés. A todo ello hay que añadir los ya
tradicionales destinos de Fez y en especial Marrakech que convierten a
Marruecos en un destino turístico de primer orden.
Este conjunto de
medidas ha contribuido a un desarrollo más homogéneo e inclusivo entre las
distintas regiones. Pese a ello, es inevitable mencionar la catástrofe que han
supuesto las grandes sequías de los últimos años, las cuales han acelerado el
éxodo rural de una población con muy pocos recursos, que se ha desplazado
mayoritariamente a la región de Casablanca.
El Monarca Mohammed VI junto a John Kerry. |
3) Marruecos como puerta de entrada a África
del Oeste:
No obstante, no
sólo es relevante el crecimiento interno del país sino también el de sus principales
socios. Durante décadas, Marruecos ha dado la espalda al continente del que
forma parte: África. Como consecuencia de ello su desarrollo ha estado estrictamente
ligado al comercio con Europa, provocando que más del 60% de las exportaciones
se dirijan al viejo continente. La reciente crisis financiera que ha azotado
Europa y en especial a Francia y España, primer socio comercial desde 2012, han
tenido un profundo impacto en la economía marroquí.
Por un lado, se han estrechado los lazos de cooperación
para proteger los intercambios comerciales con los socios tradicionales, lo que
desembocó en la
firma de los acuerdos para la liberalización del comercio de productos
agrícolas y de pesca con la UE en 2012. No obstante, la necesidad de
diversificar sus socios comerciales le ha hecho girar su mirada a África. En
este sentido. África del Oeste ejerce un
papel preponderante y representa una de las regiones con mayor potencial de crecimiento
a escala mundial. Marruecos, desde su posición geoestratégica, podría actuar como
puente en esta relación entre Europa y esta zona del continente.
Con este
objetivo, se han creado conexiones aéreas que conectan Marruecos con las
principales capitales del África Subsahariana desde Casablanca, capital económica
del país. Precisamente la ciudad costera fue clasificada como la mejor
ciudad africana en materia económica del continente contando con sedes de
las principales multinacionales y Universidades de primer nivel que atraen a
estudiantes de todo el continente.
Además, se han
producido varias giras del Monarca por países como
Costa de Márfil o Senegal alcanzando multitud de acuerdos que han venido
reforzando el posicionamiento del Reino Alauí. Sus inversiones en el resto de
África se han desarrollado en sectores como el financiero, con el grupo Attijariwafa Bankejerciendo
de líder, el de las telecomunicaciones, donde
despuntan grupos como Maroc Telecom o, incluso, el sector minero, siendo
Marruecos principal exportador de fosfatos a nivel mundial.
En conjunto, dicha
estrategia ha tenido un balance positivo y, desde el 2008, el comercio con
África Subsahariana se ha duplicado.
4) Una mirada optimista al futuro.
Por lo tanto,
son muchos los obstáculos que Marruecos tiene por delante, desde la
desigualdad, la necesidad de mejorar el acceso a la educación o la falta de
cohesión de los países del Magreb. Sin embargo el futuro presenta muchas
oportunidades: una mayor integración territorial, la minoración de la
dependencia energética y una visión más optimista hacia África podrían ayudar
en este sentido. Será cuestión de tiempo el comprobar si las medidas
emprendidas convierten estos proyectos en una realidad.
Comments
Post a Comment