Impresiones de Marruecos (2): En pleno Ramadán.

Lo primero, me gustaría daros las gracias a todos por seguirme incondicionalmente durante todo este tiempo. El pasado mes de Mayo, el blog batió récord de visitas lo que supone un gran éxito después de más de 4 años "en activo". Después de lanzar página Facebook y Twitter, he notado un incremento notable del número de visitas aunque ello no siempre se refleje en comentarios. Al mismo tiempo creo que el haber lanzado una newsletter con una frecuencia bimensual y publicar algunas entradas en inglés, han aportado un toque de distinción al blog dándole un aspecto más profesional. Próximamente, aún está por definir la fecha, trasladaré definitivamente el blog a otra plataforma ya que considero que Blogger está más que amortizado siendo las opciones de personalización muy limitadas. ¡Espero vuestros comentarios y/o sugerencias!

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Con la ciudad ocre, Marrakech de fondo.



Después de más de cinco meses en Marruecos, he tenido la ocasión de realizar viajes magníficos, muchos de ellos no narrados pero todos ellos vividos con gran intensidad. Desde Tanger a Tetuan, desde Meknes a Essaouira pasando por Marrakech y la ciudad imperial de Fez, Marruecos es de esos países que te permiten ver la realidad sin filtros, sin palos selfies ni turistas histéricos, ningún tipo de aditamento es necesario para percibir la autenticidad que desprende este país por todos sus poros. Viajar por Marruecos te hace disfrutar la esencia del viaje en si misma sin la ansiedad por llegar al destino, sin la impaciencia por saber cuanto queda. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar" como dijo Machado, en un Mundo donde se coleccionan destinos como parte del medallero personal en una competición sin limites, Marruecos te permite dejar de lado lo accesorio para centrarse en lo importante.


Puesta de sol en Essaouira

Desde subirse en un tren y tener que esperar una hora de pie, hasta que el señor controlador estime que te ha llegado tu turno de encontrar asiento, contemplar una puesta de sol desde tu compartimento cerrado sin ningún ruido ni pantalla que lo interrumpa, meterte por una carretera nacional y comprobar como, entre la constelación de estrellas que alumbran tu camino, una vaca decide cruzar la carretera sin previo aviso mientras que una siniestra figura transita por el arcén cubierto de una capa sin poder ver su rostro. Encontrarte siempre con la misma respuesta, "Machi Muchkil", no hay problema, y es que nunca hay un problema o al menos nunca parece lo suficientemente serio como para perder la esperanza. Ver a gente pidiendo por la calle pero al mismo tiempo mantener la puerta de tu casa abierta las 24 horas por que precisamente no hay problema. Sorprenderte que hasta en los días malos, siempre hay alguien con una sonrisa para desearte los Buenos días y "que tengas buen apetito". Marruecos es por tanto una terapia que reaviva tus sentidos. 

Felicitación del Ramadán en Ceuta

Por ello, quizás entre todos los viajes realizados hasta hora, el que me ha llevado a una de las únicas ciudades españoles en territorio africano haya sido de los más curiosos o porque no decirlo, surrealistas. Entrar en Ceuta en pleno Ramadán, es por decirlo de alguna manera, entrar en un territorio familiar y conocido que quizás por el contraste te resulta incluso más cercano de lo normal ( ya le dedicaré una entrada a ello). Dicho esto, hay que poner en contexto lo que es vivir el Ramadán. Desde la perspectiva occidental, siempre lo había percibido como una tradición religiosa que consistía básicamente en ayunar. Nada extraordinario me decía, teniendo en cuenta que el ritual del ayuno está también presente en otras religiones. Sin embargo, no se reduce solo a esto, El Ramadán es la Fiesta en mayúsculas y así se nota en la calle. Se trata de uno de los cinco pilares del Islam y corresponde al noveno mes del calendario musulmán, siendo este el año 1437 tras el nacimiento de Mahoma. Desde el primer día, la religiosidad es visible y el musulmán está aún más predispuesto a ayudar al prójimo.

Durante este periodo, los comercios se engalanan, se hacen anuncios para la ocasión y los bares hacen su particular "Agosto" sabiendo que la gente es especialmente propensa al consumo desenfrenado con las mejores ofertas y los Menús ofrecidos a partir de la puesta de sol. ¿No choca esto con el significado religioso? Sin duda pero algo parecido podría decirse de la Navidad. En defensa del Ramadán, debo decir que resulta meritorio aguantar sin comer, sin beber y sin tan siquiera salivar (esto último no lo sabía) durante casi 16 horas, que es tiempo que transcurre entre el Alba y la Puesta de Sol en `pleno mes de Junio. Además, señalar el aspecto familiar que sigue siendo pilar básico de la cultura islámica y sin duda se acentúa en esta época. Basta con pasearse por cualquier ciudad a las 5-6 de la tarde, para comprobar que no hay ni un alma, todos esperan pacientemente la llegada del "Ftor", ruptura del ayuno que este año se produce sobre las 8 menos cuarto de la tarde. Como dato curioso, es posible "recuperar" días para todas aquellas personas que por algún tipo de problema físico, problema respiratorio, enfermedad crónica, o en el caso de las mujeres, por tener la menstruación. Tampoco están obligados ni niños menores de Edad ni ancianos aunque en ciertos casos también lo hacen. 

Fez

Como punto desagradable, he conocido varios casos, de personas, que por su aspecto podrían parecer locales, que al pedir comida en un restaurante no se lo han dado explicando que no estaban autorizados a comer debido a su religión. Todo quedó zanjado, una vez que mostraron el pasaporte aunque el vendedor no parecía fiarse del todo. Otro de los temas a indicar es que algunas personas pueden estar especialmente irascibles, algo lógico por otra parte, y ello tiene reflejo en el tráfico donde las típicas discusiones`pueden pasar a mayores en más de una ocasión

Como última curiosidad, señalar que el Ramadán varía cada año, dependiendo del calendario lunar lo que provoca la rocambolesca situación de no saber cuando empieza hasta el día antes. Digo rocambolesca, porque  estaría bien llegar algo entrenado y adaptarse al cambio de hora, ya que esta también cambia volviendo al calendario de invierno. En el caso de Marruecos, la singularidad es total, porque incluso se fija en ocasiones un calendario distinto al de Arabia Saudí, al estar más al Oeste señalan algunos o debido a la interpretación literal del texto coránico según otros.

En definitiva, Marruecos es un país que conocer a fondo y sin duda Ramadán es una época muy especial. Espero trasladaros la imagen de la increible Mezquita Hassan II, que iluminada por la noche en estas fechas se convierte en un espectáculo único. 


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