Las redes sociales o como sobrevivir a un linchamiento


Tras una interrupción de casi dos meses, vuelvo a escribir para deciros lo primero que ya estoy de vuelta por España, en Madrid para ser más exactos. Razones personales de peso (el amor ya se sabe) me han movido a buscar una nueva oportunidad en la capital, esta vez en un sector que me apasiona como es el de la cooperación al desarrollo. La oportunidad de trabajar en un gran grupo internacional con más de 30 años de experiencia en el sector representa la mejor ocasión para aprender con los mejores y porque no decirlo dedicarme a proyectos en países en desarrollo, y en particular en África, algo que siempre me ha motivado. Hecha esta breve introducción y manifestando que veo mi regreso a España como una gran ocasión de reconciliarme con mi país en múltiples aspectos, sobre todo en lo que respecta al mercado laboral, no dejo de observar ese sentimiento de crispación que se palpa en el ambiente.


Más de uno pensará que no he estado el suficiente tiempo fuera como para volver con la candidez de aquel que pisa por primera vez suelo patrio después de una larga ausencia. Pero uno se acostumbra muy rápido a lo bueno, y cuando hablo de lo bueno no es precisamente la paella, el buen vino o las buenas cañas con los amigos sino a poder expresar la opinión de uno libremente sin miedo al linchamiento. Tampoco es que haya estado en el paraíso de la tolerancia, sin embargo la alegría que le da a uno levantarse por las mañanas y no asistir al bombardeo de noticias tóxicas que invaden nuestro día a día es el mejor antídoto que puedo recomendar. La sempiterna crisis sigue entre nosotros, casi diez años después (Creo que se merece un buen homenaje)  y parece que eso da carta blanca para seguir lamiéndonos las heridas, justificando nuestra desdicha en la corrupción de los políticos, la poca ética de los bancos, la Familia Real, Cataluña, la cara dura de los constructores y así un largo etcétera.

La cosa es quejarse sino es en la política, en particular de Trump que, con su toque caricaturesco, parece un personaje hecho a medida del antiamericanismo latente en España, es en el fútbol (Véase el bochornoso espectáculo montado alrededor del jugador del Rayo Vallecano) o en el cine incluso (Los Goya fue de nuevo la mejor ocasión para criticar el lamentable estado del Cine Español). Y como la queja y el insulto no deben reprimirse, nada mejor que las redes sociales para canalizar toda esta ira contenida. No se quien le debe más si Twitter a España o viceversa porque la cantidad de descalificaciones que se vierten en esta red social son dignas de estudio. Sin embargo, Facebook tampoco se queda corto en este aspecto y cuando alguien se expone, arriesga algo más que su pellejo.


Quien me diría a mí que un simple comentario, entre otros cientos, recibiría más de 600 me gustas, y una retahíla de replicas de los más pintorescas. Que conste que mi objetivo no era el hacer de defensor de los desvalidos, ni siquiera hacer apología del "buenismo progre", sino simplemente poner una nota de cordura ante tanto sinsentido y en particular llamar a un dialogo racional frente a lo puramente instintivo. Soy consciente del peligroso escenario en el que vivimos y de que toda precaución es poca, pero no creo que generalizar o buscar soluciones simples a problemas complejos sea un remedio eficaz.

Como se imaginarán, el nivel de los comentarios recibidos era de lo más llamativo desde "Pues mételos en tu casa sinvergüenza" "A como se nota que tienes negocios allí", "Como se nota que no has salido nunca de un hotel" o uno que me hizo especial gracia "Pues sigue viajando y no vuelvas nunca a ver si así no sueltas tantas gili****". Y ante semejante concierto, decidí desistir, creo que no hay nada que replicar y que ponerse al nivel de ciertas personas es perder energía vital, algo del todo improductivo. Dicho esto, me gustaría saber si el modelo de Sociedad que pretendemos construir es ese que descalifica a todo el que piensa diferente como diría Machado:
"En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa."



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