¿La innovación nace o se hace?


Sede de Google en Tel Aviv

Desde siempre se ha pensado que un cierto determinismo geográfica hace que en ciertos lugares sea más propicio innovar que otros y muchos identifican el espíritu de innovación a regiones como el Sillicon Valley, paradigma de la innovación en gran parte por los mediáticos Google o Facebook. Sin embargo esta imagen idealizada y algo simplista de que para innovar solo hace falta buen tiempo, juntar mentes creativas, vestir estilo “ casual” y tener un garaje a mano difícilmente explica como países como  Israel, Corea del Sur o Arabia Saudí se cuelan en este selecto club de innovadores[1].




                Si nos remontamos al origen de la industrialización, observamos como la innovación era algo reservado a un pequeño grupo de países que eran los únicos con la suficiente capacidad financiera para dedicarlo a actividad innovadora. Indudablemente la potencia hegemonica en a lo largo del siglo XIX era el Reino Unido y su poderío duro hasta la segunda guerra Mundial cuando definitivamente la balanza se inclinó a favor de los Estados Unidos. Su supremacía se sustentaba en varios pilares: El control militar con su ejército que dominaba medio mundo, su poder político, a través de la Commonwealth que representaba un amplio imperio colonial que se extendía por gran parte de África[2]  y sobre todo por el subcontinente Indio con la actual Pakistán, Bangladesh e India, la “joya” de la corona y por último su poder cultural sustentado en la tradición académico de las legendarias Instituciones de Oxford y Cambridge. Sin embargo esta aparente fortaleza inició una lenta de decadencia a finales de siglo por factores ciertamente complejos, uno de los cuales fue su falta de apuesta por la innovación. Tal y como explica la obra, “La empresa, el genesis de una idea revolucionaria” mientras que en Estados Unidos proliferaban las escuelas de negocio [3] que trataban de estudiar desde un punto de vista más riguroso la incipiente ciencia del management, en Reino Unido rechazaban este pseudo-ciencia y siguieron apostando por las ciencias experimentales y las disciplinas clásicas como el estudio del griego y del latín. Esta falta de visión fue probablemente el comienzo del fin del poderío británico. Países como  Alemania y el Japón tampoco se quedaron atrás y apostaron por un modelo innovación en el que las empresas colaboraban estrechamente con las universidades destinando estas gran parte de sus recursos a la innovación y el desarrollo (I+D). En ambos casos esta apuesta por le economía del conocimiento permitió a ambos países auparse a la vanguardia mundial de este ámbito y hoy en día siguen estando ahí

Colegio en Finlandia. Fuente: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgG-YrJJhrgqGAQpng8y90fOS5uCR7LQEM2QHgmpapD_S5BfJzOGhV4xtPXXQyZgc0j8bkk8RN3C-OCsDLcSKPwfG-JBQwL10ui5LocxpnzXoDwlF9O6Cq_z7ByYcqCzc5pvAqJpVGVNRq5/s1600/aula-infantil-Finlandia_TINIMA20121015_0236_18.jpg
  Remontandonos a momentos más modernos, vemos como a esa posición han llegado países como Israel, Irlanda o Corea del Sur. Sería simplista pretender dar a esto una explicación univoca, lo único cierto es que, como en todo, el éxito radica en marcar tus prioridades. Tanto en el caso del país hebreo como en el de Corea del Sur, ambos eran conscientes de sus limitaciones: países pequeños, rodeados de vecinos hostiles, Palestina y las naciones árabes en el caso de Israel, la poco "amigable" Corea del Norte en el caso de los surcoreanos y por último la ausencia total de recursos naturales. Partiendo de esta posición era poco imaginable que llegasen  a situarse entre los más innovadores. En ambos casos diría que de la necesidad surge la virtud, Israel construyó un sistema envidiable de riego por goteo lo que le permitió gestionar audazmente el recurso más preciado en la región: el agua. Además consiguió apostar firmemente por la innovación[1], ante la ausencia de espacio se volcaron en la tecnología de software, empresas de high-tech y un manantial constante de start-ups [2]fruto de su sistema de incubadoras. A día de hoy la tecnología israelí es reconocida en todo el Mundo y la multinacional Google instaló recientemente una de sus sedes en Tel Aviv.[3] En el caso de Corea del Sur, como ya comenté en algún post cimentó su crecimiento en una apuesta firme por la educación, siendo el  6º país con mayor proporción de universitarios en una lista que encabezan Canadá e Israel. En ninguno de estos casos podemos decir que dichos países partiesen de una cultura innovadora, puesto que ninguno de ellos participó en las Revoluciones Industriales ni tenían tejido industrial de ningún tipo con el hándicap añadido de que gran parte de su presupuesto va a mantener su ejército. El caso de Finlandia o de Singapur, también muestran que no es tan importante la posición en la parrilla de salida.
Perfil de España en Indice Global de Competitividad. Fuente: http://www3.weforum.org

                Por tanto de ahí podemos sacar que la innovación no solo nace sino que también se hace. De ahí que resulte llamativo las mil y una excusas que se ponen en España para retrasar el tan mencionado " cambio del modelo  productivo".  El último informe de competitividad mundial de 2013 situaba a España en la posición número 36 [4] por detrás de países como Brunei o Qatar en base a criterios como la solidez de las instituciones, la apuesta por la educación, la solidez financiera o la eficiencia del mercado de trabajo. Recortes en investigación y educación[5] son los signos preocupantes de un país que va a marcha atrás en muchos campos pese al esfuerzo de muchos emprendedores. La recesión puede convertirse en una importante lección para volver a los valores de antes pero solo será posible si se toma conciencia de lo que nos ha llevado a ella y tratamos de no reconstruir el mismo modelo. Lo importante no es de dónde venimos sino hacia donde nos dirigimos y da la sensación que los dirigentes actuales, como los anteriores, andas más preocupados por contentar a unos y a otros fuera de nuestras fronteras que no en trazar una hoja de ruta que genere valor y de la que nos beneficiemos el conjunto de la ciudadanía. 



[1] Global Competitiveness Report 2013.

[2] Aquí distinguimos países como Nigeria, Uganda, Kenya, Gambia, Ghana y varios países del África oriental general, muchos de ellos convertidos en las economías más potentes del continente africano
.
[3] Creación de la Harvard Business School en 1908, convertida hoy en día en la institución de referencia. 





[1] Su aislamiento también les conduce a ser un país muy exportador y con importante capacidad para asumir riesgos entre sus jóvenes.

[2] Verl libro Israel: The “Start-up” Nation

[5] En este caso el presupuesto es muchas veces símbolo de la escala de valores de un país. En Finlandia, solo los mejores expedientes entran en Magisterio, que es la carrera más exigente, por encima de médicos y abogados y además es el país que más destina a educación. Ver programa Salvados sobre el tema http://www.lasexta.com/programas/salvados/noticias/tan-dificil-copiar-sistema-educativo-finlandes-hacerlo-nosotros_2013012800277.htm


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