#Sinfronteras 1: Desde Ghana

Introduzco una nueva sección en el blog: #sinfronteras con el objetivo de hacerlo más dinámico y intercambiar experiencias de jóvenes profesionales que se han buscado la vida fuera de su país de origen. En esta entrada cuento con la colaboración de mi amigo Antonio Gonzalez Casas, viajero empedernido que nos introduce un país fascinante y desconocido como Ghana. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Granada, ha tenido la oportunidad de trabajar en lugares tan dispares como la Guayana Francesa; Francia; Togo y ahora Ghana. En esta entrada nos cuenta su particular visión a raíz de su  experiencia en el país africano.

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El fútbol, como todos sabemos, a veces puede ser cruel y jugar con los corazones ajenos. Sino que se lo digan a este, el país en el que ahora vivo, Ghana. Quien no se acuerda de aquel famoso partido de cuartos de final de la copa del mundo, en Sudáfrica; donde la mano de ese “caníbal” (sobrenombre debido a su hambre de goles, por supuesto) llamado Luis Suarez y el posterior penalti marrado, al larguero, de Asamoah Gyan (a quien el pánico le ha obligado a no posicionarse de nuevo a once metros de la portería) le robaron la gloria de ser la primera selección africana en acceder a unos cuartos de final, quien sabe si incluso más. Hace algo más de un mes, este, el deporte por excelencia en el continente africano, volvió a jugarle una mala pasada cuando perdió en una más que agónica, interminable, tanda de penaltis, esa copa que se juega en enero , la Copa África, nadie mejor que Andre Ayew, estrella entre las “estrellas negras” , encarnaba el sentimiento de esta nación al arrastrarse moribundo clamando clemencia al destino.

La vida real, el destino, la historia o como diantres se le quiera llamar, por desgracia, no es menos que el fútbol y también sigue jugando malas pasadas a este hermoso país de verdes selvas. Así lo atestiguan sus “blancos” castillos, vestigios del peor de los colonialismos, el colonialismo de la “Costa del Oro”, fortalezas construidas por portugueses, holandeses e Ingleses llegados ávidos de riquezas, y que por más de 200 años sirvieron de principales bases para la “exportación” de ambos el oro dorado y el oro negro, los esclavos. La pacifica independencia del gobierno británico, logrado en el ’61 por el omnipresente Nkrumah, por desgracia no llevo a un cambio radical, pues como en el resto del continente africano se ha pasado al “neocolonialismo”, gobernantes de piel negra y pensamiento blanco que buscan el enriquecimiento personal.Si bien hay que reconocer que en esta segunda “oleada” colonialista a Ghana, en particular, le ha tocado mejor suerte que al resto de sus “primos” africanos, pues posee un sistema democrático estable, atípico sobre todo teniendo en cuenta sus riquezas naturales…sino que se lo digan a la República Democrática del Congo.

Hay una frase que una vez le escuché al Señor Correa, Presidente del Andino Ecuador, para referirse a los mercados financieros (todo ese tinglado de financiación y deuda que hay montado en esta nuestra sociedad) que decía algo así como: “Los mercados financieros son como esa chica rubia, un poquito vanidosa que si uno muestra mucho interés se hace más difícil todavía de llegar a ella, pero cuando uno se hace el desinteresado tal vez sea la chica la que llama al chico”; Ghana es “negro”, la chica no le hacía ni puñetero caso, en estas a Ghana no le quedaba otra que cambiar sus “gustos” y ahora ya no buscaba a la chica rubia, ahora le gustaba la asiática, la “Chinita” en particular, ahora, eso sí, la chica China funciona de otra manera, ella te presta el dinero, o incluso te construye las infraestructuras que necesitas y tú no se lo devuelves, tú le das otra cosa a cambio. Ghana tiene Oro, Ghana es una mina oro. En la zona donde resido ahora mismo empresas chinas construyen el nuevo estadio de fútbol, la reforma del mercado de la ciudad y las tres principales carreteras de nueva construcción, todo lo traen, para reducir costes, hasta la mano de obra, de origen penitenciario según dicen las malas lenguas, aunque hay que reconocer que no todo son reclusos peligrosos, también se encuentra algún tipo simpático como el bueno de Gua Tao, joven contable con perfil de contable, famélico individuo de gafas redondas, pero con sonrisa sincera con el que se disfrutan las noches de póker por su agresividad desmedida, sin miedo a la derrota, desmintiendo las leyendas urbanas sobre la efectividad China en el juego pues esta, la derrota, es el único resultado que el azar le suele deparar...; volviendo a la “chinita”, cuando mi empleo me lleva a las zonas de explotación minera, contemplo con estupor como los chinos disfrutan de los derechos de explotación, exprimiendo la riqueza de este país, tanto es así que los niños locales, acostumbrados a los habitantes del país asiático, cuando al pasar me ven me confunden con otro de esos ciudadanos de piel amarilla y ojos rasgados, sustituyendo el clásico “obrouni” (hombre blanco en lengua local) por un mucho más concreto “China” en sus llamadas hacia mi persona. Si de tiempo y ganas se dispone se recomienda la lectura de un libro llamado “Chinafrica”, que explica mucho mejor que un servidor esta realidad.



          Así la chica rubia, celosa de las caricias que el “hombre negro” le profesa a la chica china, vuelve a llamar con asiduidad al señor negro, siguiendo a pies juntillas las palabras del Señor Correa, ávida de poder disfrutar también de su trozo del pastel (que tal y como la fama le precede en este hombre negro el tamaño del pastel el largo y grande, bastante por encima de la media caucásica…las señoritas empiezan a desmelenarse entusiasmadas…). Así moviliza rápidamente sus “armas” de seducción/financiación: Banco Mundial, FMI, etc. Donde el dinero se presta imponiendo unas condiciones muy específicas de utilización. No quiero entrar en la moralidad de este financiamiento, pues la suerte tengo de participar precisamente en un proyecto del Banco Mundial, y aunque creo que en muchos casos se hace con buena intención y con un propósito de ayuda, la realidad, según mi experiencia, es que la inversión, por corrupción interna y factores que explicar no podría sin hacer este texto interminable, no supone un cambio radical en la vida del hombre negro a largo plazo, no es sostenible; sin embargo lo que si hace de manera perenne es engordar a la “malintencionada”, la deuda de este pobre país, que en caso de no poder devolverla no le quedara otra que tirar de nuevo de esos, sus preciados recursos naturales, para poder paliar la pataleta de la chica rubia
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    Así entre estas las dos “fieras”, asiática y caucásica, despedazan sin piedad al “hombre negro”robándole cualquier posibilidad de aprovechar sus dotes (oro, petróleo y bauxita) y ser un país independiente económicamente en un clásico “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, sí, señor Obama “Yes, we can”. Solo una, la chica fea, la que importa poco, la desinteresada, el ONGenismo intenta curar las heridas de este país, construyendo de manera altruista pequeños proyectos que si bien carecen de “peso” real en la mejora del país siempre son bienvenidos.

      En que se traduce todo esto, caída libre de la moneda local, inflaciones monstruosas (no hay que ser economista consumado para deducir caída libre moneda local + inflación = pobreza), además de habituales cortes en el suministro eléctrico  y cortes en el suministro de agua potable haciéndome ver el valor incalculable que una ducha de agua caliente tiene, tras una larga semana a base de ducha de barreño, con agua fría, cubito a cubito “yes, sir!”.

Mapa de Ghana. Fuente: www.bbc.co.uk
      Pese a todo Ghana, este país histórico, posee un valor añadido, su gente, esos productos de una, cierta, educación “British”que prefieren resolver las disputas “entre tazas de té” que en duelos fratricidas. Simpáticos, pillos y curiosos se vuelven “piratas” en la noche “abordando” de manera pacífica toda nave extrajera para una última danza bajo el cielo. Con la familia como pilar básico, las mujeres, en el mercado, no dudarán en darte conversación, e incluso casarte querrán, como lo haría la más afable de las mujeres andaluzas, haciéndote sentir menos extranjero. Amantes de esa comida picante y monótona a base de pastas de tubérculos y sopas que al tragarlas te hacen sentir cual dragón a punto de lanzar llamaradas,y capaces de sostener de manera firme y airada que la comida europea es insípida e insoportable, “Mondieu!”. En definitiva personas en general optimistas y,sobretodo y pese a todo,felices, que llevan al extranjero de manera obligada e infranqueable a realizar un ejercicio de auto-crítica y reflexión hacia los valores/bienes materiales que gobiernan nuestro ánimo, pero esa es otra guerra.


       Pues bien, lo que con fútbol se empieza, con fútbol se debe acabar. Abidal, famoso ex-jugador del Barcelona, ha tenido cáncer, dos veces; Ghana pasa por su segundo cáncer, el neo-colonialista, este cáncer, temible y altamente mortal, probablemente no sea superado y se expanda haciendo continuar a “AndreAyew” en su andar moribundo y desesperado junto con el resto de sus primos africanos. Abidal lleva el dorsal 22, el dos de la izquierda representa las veces que se le ha detectado el cáncer, el dos de la derecha representa la veces que lo ha superado, esperemos, recemos (esto no todos, solo los creyentes, no vayamos a continuar blasfemando…)y conjuremos para que Ghana en particular y el continente africano en general encuentren una nueva hornada de políticos, esa formada por jugadores de la talla de Thomas Sankara, capaces y dignos de portar el dorsal 22. 

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