Utopías Urbanísticas (I): Astana
En plena estepa centro-asiática en un paraje de los más inhóspito en donde no se observa rastro de vida en cientos de kilómetros a la redonda, se yergue Astana, capital de Kazajistán, una ciudad futurista que parece surgir de la nada. Las grandes urbes son muchas veces reflejo de la cultura de los pueblos que las habitan que intentan proyectar en estas todas sus ambiciones. El siglo XX, siglo de las grandes utopías que han sacado lo mejor y lo peor de la naturaleza humana ha sido especialmente prolijo en la creación de ciudades utópicas con mayor o menor éxito. Ya a comienzos de la década de los 30, se reunían Adolf Hitler y Albert Speer, designado como arquitecto del Régimen, el objeto de la reunión era el enseñarla la maqueta del Gran Berlín[1], la grandiosa ciudad que emularía la capital del Imperio Romana con la proyección de una gran avenida peatonal que recorrería la ciudad de un extremo al otro coronado por un arco del triunfo cuyo tamaño era más del doble del de el Arco del Triunfo de París.
El desenlace de la guerra hizo que este proyecto no floreciese jamás. Un poco más tarde, en el año 1958, Oscar Niemayer, famoso arquitecto ya centenario era designado por el entonces presidente de Brasil, Kubitschek, para construir nada menos que la nueva capital : Brasilia. La tarea parecía titánica al tener que levantar una ciudad en un terreno a más de 1000 metros de altitud en plena Amazonia brasileña. El objetivo era el construir un punto de referencia que dotase de actividad económica a una de las zonas más deprimidas del país y de paso hacer una capital más representativas para los brasileños huyendo de la tradicional rivalidad de cariocas contra paulistas (Sao Paolo , Rio de Janeiro). El proyecto quimérico[2] se convirtió en una realidad con la como afirmación del pueblo brasileño y es a día de hoy la capital con más de 2 millones de habitantes. En fechas recientes cabe destacar las ciudades del golfo que con el incesante maná obtenido del oro negro, no dejan de crecer mostrando su opulencia al Mundo. En este supuesto de metamorfosis urbanística destaca el caso de Dubai en pleno desierto de los Emiratos Árabes Unidos que en apenas 30 años pasó de ser un humilde puerto de pescadores a la capital de unos de los Estados más ricos del planeta.
[3] muy presentes en la Región. Aunque la democracia en el país brilla por su ausencia, [4]entre los grandes logros que le gusta mencionar figura su ciudad Astana, en un lugar privilegiado. Al obtener la independencia, la capital se situó en Almaty, ciudad más grande del país, aunque Nusultan notó que faltaba algo para dotar de identidad la nueva República. Como comenta en su libro “La trayectoria de Kazajstan”: “Notaba que hacía falta un cambio que le diese al nuevo Estado una mayor prosperidad y permitiese albergar a grandes núcleos de población que se trasladarían a la nueva ciudad algo que Almaty no ofrecía”. Desde ese momento decidió de forma unilateral en 1994, aunque con la aprobación del Parlamento, que trasladaría la capital a partir del año 1998 a Akmola, (tumba blanca en Kazajo) situada más cerca de China y que en ese momento apenas contaba con una población de 200 000 habitantes. Pese a todo, no le convencía el nombre de la nueva capital y decidió cambiarlo a Astana (capital) tras desechar otros nombres como Kazajstan o incluso Nusultan como le propuso uno de sus colaboradores.
Frente a todos estos casos, el de Astana, la capital de Kazajstán, es uno de los menos mediáticos pero no por ello menos espectacular. Kazajistán fue la última de las Repúblicas en independizarse de la URRS en 1991. Se sitúa en plena estepa del centro asiático siendo punto neurálgico entre Rusia y China. Cuenta con apenas 17 millones de habitantes pero es uno de los Estados menos densamente poblados teniendo en cuenta que es el noveno País más grande del planeta. Su tesoro más preciado reside en ser el mayor productor de uranio a nivel a nivel mundial y uno de los 10 mayores productores de petróleo, provocando el interés de las mayores multinacionales que ya se han instalado en el país. Sin embargo si Kazajistán ha sabido administrar en gran medida sus grandes riquezas, ha sido gracias a Su presidente Nusultan Sharbashaev convertido a sus casi 70 años, en padre de la Nación. Salido de las filas de la vieja guardia comunista tomo las riendas del país en 1984 poco antes del gran cataclismo soviético, sin embargo su reconversión le permitió conservar el poder hasta ahora justo 20 años después de la independencia. Personaje megalómano, exhibe orgulloso la herencia que ha dejado en el país durante su mandato y que le ha permitido mantenerlo alejado de cualquier tipo de lucha violenta, y sectarismo religioso
Imagen de Astana |
A partir del año 1998 se trasladarón todos los edificios administrativos y empezó a operar la nueva capital. Desde un principio se encontró con pequeño hándicap: el frio. No en vano es la segunda capital más fría del planeta después de Ulam Bator, capital de Mongolia y llega alcanzar temperaturas de hasta 40 grados bajo cero en pleno invierno. Pese a todos los problemas, la ciudad no ha dejado de crecer desde entonces y cuenta hoy con más de 800 000 habitantes y se prevé alcanzar el millón en unos pocos años. En la urbe, cuya terminación esta prevista para el año 2030, y que ha supuesto una inversión multimillonaria han colaborado arquitectos de la talla de Norman Foster o Ricardo Bofil entre otros. Para combatir los problemas climatológicos, el propio Norman Foster se ha embarcado en un proyecto faraónico: el Indoor City, una gigantesca capa de 2 km que cubrirá la ciudad ofreciendo en una calida temperatura canales venecianos, playas de arena y jardines de ensueño para sus habitantes. Iniciado en 2006, el proyecto no tiene fecha de finalización aunque ya se ha convertido en uno de los grandes proyectos urbanísticos actuales[5]. Entre otros grandes proyectos ya realizados hay que mencionar el Palacio de la Paz y la Concordia construido por el propio Foster o el centro comercial de Khan Shatyr, cubierto con una carpa transparente, obra del estudio Foster and Partners.
Indoor City |
Ante tanto esplendor no han faltado las críticas. Muchos critican la artificialidad de la nueva ciudad surgida de los ingresos del petróleo que muchos comparan con Dubai. “En Astaná tenemos la misma situación que en Dubai, solo que aquí hace mucho frío y en Dubai mucho calor».dice Aytekin Gultekin, presidente de la empresa turca Sembol, que participa en varios proyectos de construcción en la capital. También se ha atacado la falta de libertades de un país en donde todo se hace por orden de su presidente. Por último a nivel técnico la calidad de alguna de sus construcciones deja bastante que desear según muchos expertos.
Con todos sus inconvenientes Astana es una “promesa que hay que seguir” y cuyo peso probablemente irá en aumento en proporción al de su país Kazajistán. Es fácil intuir que por su localización geográfica, con los conflictos energéticos que se avecinan, el Estado centroasiático va a jugar un papel clave en el suministro energético entre Oriente y Occidente. Su presidente ha tomado buena nota de ello integrando su Estado en grandes organismos como la OCDE o la OTAN y haciendo de Astana un espejo de su cultura frente al exterior, de hecho la capital se he convertido una de las grandes organizadores de congresos a nivel internacional acogiendo en 2011 Foro Económico Mundial Islámico, conocido como el Davos Islámico.
[1] http://www.elpais.com/articulo/arte/Albert/Speer/luz/tiniebla/elpbabart/20050319elpbabart_13/Tes
[2] http://www.elmundo.es/america/2010/04/21/brasil/1271838094.html
[3] Ha sido un gran luchador contra el fanatismo islámico tan presente en la región prohibiendo cualquier partido de este signo. Además el país se ha convertido en símbolo del dialogo interreligioso organizando varias conferencias.
[4] En las últimas elecciones de 2011, salió victorioso con el 95,5% de los votos.
[5] http://www.larazon.es/noticia/3951-una-playa-a-40-c-en-astana-una-ciudad-metida-en-una-burbuja
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