Mi experiencia trabajando en el sector de la cooperación (I)

En visperas de un día histórico para la unidad de España, solo puedo desear que todo vaya lo mejor posible y que el día 2 de Octubre Cataluña siga formando parte de España a todos los efectos. Sin embargo lo importante, más allá de que creo que el futuro de Cataluña pasa por España y viceversa, es restablecer un clima de concordia y sana convivencia tan dinamitado en estos últimos meses de escalada de tensiones. También creo que el referendum, en las condiciones actuales no reune los requisitos indispensables para tener validez jurídica ni el derecho de auto-determinación de los pueblos es aplicable al caso de Cataluña atendiendo al Derecho Internacional público. Pese a ello, si que considero que el ejemplo catalán en un ejemplo más de que la Constitución Española, que tan bién ha preservado un modelo de convivencia en los últimos 40 años, ha quedado hoy por hoy algo obsoleta, en parte por la famosa teoría del "Café para todos". Se requiere por ello que todas las partes sentarse a dialogar y alcanzar la mayoría reforzada requerida para una reforma de la misma.
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 Lo primero que me gustaría reseñar es que llevo más de 7 meses trabajando en el sector de cooperación y es mucho lo que he aprendido en este breve espacio de tiempo. Sin embargo, el objetivo de esta primera entrada es sobre todo explicar algunos de los aspectos que quizás me hubiese gustado conocer antes de entrar. Entiendo que desde fuera, este sector puede parecer muy atractivo, no solo por la sensación de estar generando un impacto real con tu trabajo sino también por la posibilidad de viajar e interactuar con instituciones. En mi caso, se suma mi pasión por las relaciones internacionales y los idiomas algo que en este trabajo tiene una gran relevancia dada la necesidad de conocer los países en los que operas al detalle y los programas que se han realizado en ellos previamente. Me gustaría aclarar que en este sector se pueden entrar de múltiples formas y no solo está la rama del activismo. Mi trabajo es de consultor, esto significa pasar largas horas delante de un ordenador, preparar propuestas y obviamente una alta tolerancia al estrés en momentos de alta carga de trabajo. 

En los siguientes puntos, me gustaría tratar algunas de las capacidades o actitudes que me parecen necesarias en este trabajo:

1) Idiomas:

Es de perogrullo, pero nunca viene mal olvidarlo. Hoy en día en muchos trabajos se insiste en la necesidad de hablar inglés o algún otro idioma como requisito imprescindible para el puesto. En ciertos casos, esto es cierto pero en otros tantos no es más que un filtro que se puede solventar fácilmente aportando algún titulo o acreditando en la entrevista que "uno se defiende" con más o menos soltura. En este sector en cambio, esto no es suficiente. En nuestro caso, al trabajar habitualmente con pliegos de licitaciones internacionales de la UE, EuropeAid para ser más exactos, es fundamental entender lenguaje técnico referido a los proyectos en cuestión. Además de ello, resulta resulta igualmente importante saber expresarse con fluidez en un contexto profesional y lo que quizás resulte más difícil que es saber redactar. No se trata de desincentivar pero obviamente un nivel B2 no es suficiente para trabajar en ese sector. En mi caso, el tener un nivel alto de francés también me está resultando de gran ayuda. 

2) Interés por la actualidad internacional:

Esto quizás pueda parecer obvio, el hecho de que cualquier persona trabaje en el sector que trabaje, tiene que tener un interés o al menos estar informado en su área. En este sector resulta fundamental desde mi punto de vista porque si bien puedes estar más o menos familiarizado con la mecánica de un proyecto, el conocer y seguir la actualidad de ese país en concreto aporta un gran valor añadido. En mi caso, tuve la suerte de participar en proyectos sobre asuntos que están de candente actualidad, como es el proceso de paz de Colombia. En este proyecto, el informarme durante semanas de todo lo referido a la actualidad del país, unido a múltiples informes o incluso contactando a especialistas en la región, me ayudaron a introducirme de lleno en la temática y aportar más valor al equipo encargado de preparar la propuesta. 

3) Tener paciencia:

Evidentemente el trabajar para la UE, tiene sus ventajas cuando sabes que tu cliente es la Comisión Europea al menos tienes dos certezas: que te van a pagar y que al menos a corto plazo no se van a ir a la quiebra. Esto en un contexto como el actual no es poco, sin embargo el funcionamiento de las Delegaciones de la UE en cada uno de los países en desarrollo donde se lanzan las licitaciones no siempre es el más diligente. Esto significa que el respeto a los plazos fijados no siempre se da lo que provoca retrasos o incluso cancelaciones de proyectos no siempre justificadas. Por ello, es importante no desistir y no pensar que se ha hecho un esfuerzo en balde.

4) Lidiar con expertos:

Esto es sin duda, lo que más me ha sorprendido de este Mundo ya que era una realidad que desconocía por completo. Cuando hablo de expertos, hablo de señores que por su prestigio/reputación o simplemente por sus contactos se permiten exigir sumas millonarias por ser parte del equipo encargado de ejecutar el proyecto en el terreno. La labor de estos expertos no siempre está muy clara, y el trato personal con ellos resulta a menudo complejo por el simple hecho de que se mueven en una especie de realidad paralela. Que una parte del éxito de una oferta dependa de los expertos que conforman tu equipo te obliga, no obstante, a tener mucha mano izquierda y mostrar tu mejor cara en cuanto a capacidad de negociación se refiere. 

5) Desarrollar tolerancia a la frustración:

Esto último hay personas que lo llevan más innato, otras en cambia necesitamos ir trabajándolo. Cualquiera que se dedique al Mundo de las licitaciones internacionales sabe que los procesos de adjudicación no son siempre transparentes. Si a eso, le añadimos el hecho de trabajar en países en desarrollo y lo que es peor con instituciones de esos países hace que a menudo pases por alto elementos determinantes que pueden decantar la licitación a un lado u otro. Estos elementos pueden resultar tan simples como el tener mejores contactos dentro del Ministerio de Economía de tal país o simplemente saber de antemano quien es la persona de confianza que la Delegación quiere a cualquier precio. Esto que puede resultar frustrante en ocasiones, también forma parte de una cierta inteligencia comercial que te obliga a adelantarte a la competencia a la hora de recabar esta información. 

Por tanto, en esta entrada, he querido resumir algunos de los factores clave que me parecen fundamentales para tener éxito en este sector.  A ellos, se pueden añadir otros, como la atención al detalle o la red de contactos ( esta última presente en todos los trabajos). 

En una próxima entrada, hablaré de lo que me están enseñando los proyectos como tal en los que estoy participando. ¡Espero con ello, haber ayudado a aquellos que estén considerando entrar en el sector!



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