El Chabacano, el español criollo de Filipinas




Si jugásemos a las adivinanzas y les preguntase: adivinen el nombre de un país cuyo nombre es origen  del rey español[1], Felipe II,  con un 80 % de su población declarada católica y en donde  la Semana Santa [2]es una de sus fiestas más representativas,  muchos pensarían en un Estado de América latina o por lo menos en un país de habla hispana. Sin embargo concurren todas estas características en un país remoto donde curiosamente apenas se habla español. Hablamos de Filipina, la antigua colonia española independizada en 1898 tras  el Tratado de París  por el cual se cedió la Soberanía del Estado a los Estados Unidos, al mismo tiempo que Cuba y que supuso el fin del Imperio español. Desde entonces ha pasado más de un siglo y el español ha perdido peso a pasos agigantados en el archipiélago quedando su área reducida a una pequeña región.




                Son varias las razones que explican la decadencia del español en el archipiélago, factores de tipo cultural, económico y político. Tras obtener la independencia a finales del siglo XIX, el español se consideraba la lengua de las elites y símbolo de la dominación colonial por ello una vez perdida la colonia el español fue paulatinamente abandonado en detrimento del inglés. Ya en los 60 el dictador Marcos se suprimió la obligatoriedad del español en los colegios y, finalmente, durante el mandato de Cory Aquino se suprimió en la Constitución como lengua oficial.  Actualmente el idioma ha recuperado algo su prestigio también guiado por la coyuntura internacional y por la iniciativa de la presidenta Gloria Arroyo en recuperar la lengua de Cervantes. Dicha decadencia fue patrocinada por La propaganda del propio Gobierno filipino que vendió al español como una lengua desfasada y propagó el inglés por las Universidades y centros de enseñanza. Sin embargo su influencia pervivió en parte en el tagalo, lengua oficial junto al inglés, que  incorpora numerosos vocablos del español siendo la única lengua asiática de estas características. Pese a todas las trabas sobrevivió un pequeño reducto de habla hispana que constituye el único español criollo que sobrevive en todo Asia, conocido como el chabacano que hablan a día de hoy  en la provincia de Zamboanga, una de las 17 provincias que componen el país situada en el sur de las isla de Mindanao.

  El chabacano, también denominado lengua también denominado Caviteño, o lengua de tienda, tiene su origen en los primeros españoles que llegaron a la isla en el Siglo XVI de la mano de Magallanes y la llegada de mano obra desde otras colonias españolas en America e incorpora el 70 % de sus palabras del español. Su estructura es una especie de deformación del español[3] con alteraciones léxicas y sintácticas y ciertas influencias del dialecto tagalo, pese a ello mantiene una gran similitud con la lengua de cervantes. Actualmente su influencia se reduce a la provincia de Zamboanga, y se estima que su número de hablantes ronda los 700 000, cantidad insignificante en un país de más de 90 millones de personas.  “Los jóvenes de hoy en día ya no les interesa aprender esta lengua de sus abuelos y el inglés es la lengua que más les atrae” denuncian los dirigentes actuales de la Región que contemplan el declive inexorable de este dialecto.

                La realidad es que la conservación de esta lengua se debe más al esfuerzo de las autoridades por mantener el legado cultural de este dialecto que a una verdadera demanda popular, de ahí que su desaparición se considere casi irremediable. Aquí podríamos plantearnos el debate de si las autoridades están legitimadas para alimentar artificiosamente el uso de una lengua. En España hemos sido testigos de ello, cuando la llegada de la democracia trajo consigo la resurrección de lenguas como el euskera en el País Vasco que solo hablaban una minoría mayoritariamente rural[4]. Filipinas no es tampoco ajena a la globalización y pese a sus particularismos locales ligados a una dominación colonial, son conscientes del auge del español  en todo el Mundo. De ahí los notables esfuerzos del Instituto Cervantes en restablecer su influencia en la Región como señala Javier Galván, Director del Instituto Cervantes en Manila: “Los filipinos van descubriendo que el español es un idioma útil, cuyo conocimiento les ofrece nuevas oportunidades en el mundo laboral”[5]. Por último el chabacano probablemente sobreviva como una expresión cultural y original a nivel local aunque su difusión y mantenimiento es muy improbable.



[1] cjaronu.wordpress.com/2010/10/20/del-origen-etimologico-de-las-islas-filipinas/

[2] La semana santa se celebra con gran devoción este país asiático practicando ritos de lo más extremos como la flagelación o la propia crucifixión  de algunos de los penitentes http://www.abc.es/20100402/internacional-/semana-santa-salvaje-filipinas-201004020951.html

[3] aminosfotograficos.blogspot.com/2011/12/el-chabacano-filipinas.html

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